¿QUÉ FUE PRIMERO: EL HUEVO O LA GAVIOTA? LA TRANSPARENCIA DEL FESTIVAL DE VIÑA EN ENTREDICHO LA DURA VERDAD: ¿REALMENTE LA ALCALDESA FIRMÓ UN DECRETO MUNICIPAL DE CARA A LAS CÁMARAS, O EL MONTAJE OCULTABA UNA VERDADERA OPERACIÓN TRAS BAMBALINAS?
Ha transcurrido cinco meses desde la presentación de Myriam Hernández en la Quinta Vergara, donde durante más de 17 minutos se realizó un montaje para crear expectación sobre la entrega de la Gaviota de Platino a la destacada artista nacional. Los animadores anunciaron que la alcaldesa estaba firmando un decreto en ese mismo instante para la entrega del reconocimiento que se vio cómo se hacía el trámite. La pregunta que surge, y que nosotros, como medio independiente y con la razón del tiempo, nos atrevemos a plantear, es: ¿fue realmente necesario crear un show televisivo de 17 minutos para mostrar a la primera autoridad comunal firmando un documento cuya confección sigue generando dudas? Ni siquiera la exalcaldesa Virginia Reginato recurrió a un espectáculo mediático de tal magnitud para la entrega de este galardón. Evolutiva Medios accedió a documentación entregada por el municipio de Viña del Mar, lo que ha desatado una controversia que pone en tela de juicio la transparencia de los procesos internos de la organización. La pregunta que flota en el aire es si el premio fue otorgado por un genuino clamor popular o si la decisión ya estaba sellada en los despachos municipales, dejando más dudas que certezas en la opinión pública.
El epicentro de esta nebulosa radica en la contradicción de fechas y argumentos presentados en dos documentos oficiales. Por un lado, un documento con fecha del lunes 24 de febrero de 2025, firmado por Daniel Merino Silva y Rodrigo Norambuena Tassara, Director Ejecutivo y Director General del Festival, respectivamente, solicitó a la alcaldesa Macarena Ripamonti Serrano la autorización para entregar la Gaviota de Platino a Myriam Hernández. En este oficio, se subraya que la solicitud se fundamenta en «las más de 14.000 personas a viva voz en la Quinta Vergara». La misiva también resalta los «más de 40 años de carrera musical, trayectoria excepcional, y su fuerte vínculo con el Festival» de la artista como justificación adicional.
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Sin embargo, el panorama se complica al revisar el Decreto N° 1530, emitido por la alcaldía con una fecha mucho más temprana: el 6 de febrero de 2025. Este decreto no solo declara el «Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar» como actividad municipal y lo reconoce como el evento musical más importante de América Latina, sino que también establece, de manera explícita y detallada, los criterios para la entrega de la Gaviota de Platino. El decreto indica que este galardón honra «una relación de larga trayectoria, una fidelidad artística y el aprecio compartido por el legado dejado tanto en la música como en la cultura popular». Asimismo, impone como requisito que el artista tenga «al menos, treinta años de carrera artística» y posea un «vínculo íntimo y recíproco entre el artista y el Festival». Un punto crucial es que este reconocimiento, según el decreto, solo puede ser entregado «una vez en la vida del artista».
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La cronología de los hechos genera una inquietud legítima: ¿Fue la solicitud popular del 24 de febrero el verdadero motor de la entrega de la Gaviota de Platino, o fue más bien una ratificación mediática de una decisión ya preestablecida por el decreto del 6 de febrero? La ambigüedad entre un supuesto clamor espontáneo y un marco regulatorio preexistente erosiona la credibilidad del proceso y alimenta la percepción de una gestión opaca. La «respuesta de transparencia» en este caso, lejos de disipar las dudas, las ha profundizado, dejando la sensación de que, en el Festival de Viña, a veces el huevo y la gaviota no siguen un orden tan claro como la lógica dictaría.