martes, marzo 11, 2025
COLUMNA DE OPINION

«UN PERÍODO Y PARA LA CASA, CUANDO EL SENADOR SABÍA HABLAR BONITO.»

 

«Un período y para la casa.» Esa frase, tan categórica, la repetía en 2005 un joven abogado que aparecía en el programa de televisión El Termómetro, conducido por el periodista Iván Núñez. Con convicción y certeza, aseguraba que no era necesario aferrarse a un cargo público por tanto tiempo. Hablaba de su candidatura a diputado por el Distrito 14, que en ese entonces abarcaba Viña del Mar y Concón  Ese abogado era nada menos que el hoy senador Francisco Chahuán.

Eran otros tiempos, y su discurso calaba hondo. Incluso varios veinteañeros —donde me incluyo— le creímos. Hablaba con soltura, con la seguridad de quien parecía convencido de sus propias palabras. Casi como un rockstar político en ese lejano 2005, lograba despertar entusiasmo con su promesa de renovación y compromiso con la política de principios.

El tiempo, sin embargo, parece haberle jugado una mala pasada a su memoria. Porque, aunque en 2005 prometió servir solo un período y luego retirarse, hoy, casi dos décadas después, vuelve a la arena política con intenciones de postularse nuevamente a la Cámara de Diputados. ¿Qué pasó con esa declaración tan enfática de hace años?

Chahuán puede justificar su intención de «volver a sus raíces», como si la política fuera una casa de campo a la que uno regresa cuando le da la nostalgia. Pero la política no es un espacio personal, sino un lugar donde deberían primar las ideas frescas, el recambio y la representación genuina de la ciudadanía.

Y, por supuesto, ya podemos imaginar el discurso que utilizará: que «la ciudadanía aún lo necesita», que «todavía hay cosas pendientes», que «su labor no ha terminado»… y un sinfín de frases diseñadas para justificar su permanencia en el poder.

La pregunta es evidente: ¿por qué algunos políticos parecen incapaces de soltar el poder? ¿Por qué no dar paso a nuevas generaciones, a otras visiones y liderazgos? La rotación en los cargos no solo es sana para la democracia, sino que evita la perpetuación de estructuras donde las mismas caras, con los mismos discursos, siguen ocupando los mismos espacios sin grandes cambios.

Quizás Chahuán tenía razón cuando dijo «un período y para la casa». Lo que nunca aclaró es de qué período hablaba, si de diputado, de senador o de cualquier otro cargo en el que pueda seguir aferrado al poder.

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