OPINIÓN:»EL DOBLE ESTÁNDAR DE KAST: CUANDO EL POPULISMO DESTRUYE LA DEFENSA DE CHILE»
En los últimos días, hemos presenciado un episodio que demuestra cómo ciertos sectores políticos en Chile se contradicen al abordar temas de política exterior y defensa de la institucionalidad. Fíjese usted que ver a José Antonio Kast y miembros del Partido Republicano respaldar los dichos de un ministro argentino, quien criticó abiertamente a nuestro presidente Gabriel Boric, resulta una muestra preocupante de falta de coherencia y seriedad política.
Aunque no voté por Boric y soy crítico de su gobierno, hay un principio básico que debe ser defendido por todos: el respeto a nuestra institucionalidad y a la figura presidencial, independientemente de las diferencias ideológicas. Permitir o incluso aplaudir que un funcionario extranjero insulte al presidente de nuestro país socava no solo a su gobierno, sino también la dignidad de Chile como nación.
Lo curioso es que las críticas de Kast y otros republicanos se enfocaron en señalar que las declaraciones del ministro argentino no eran falsas, resaltando las falencias de la administración actual. Argumentaron que estamos gobernados por un gobierno de izquierda, con ministros comunistas, y señalaron crisis en áreas como la seguridad, la educación y la salud. Pero el problema no es la veracidad de los dichos, sino la postura que adoptan frente a un ataque externo.
Aún más llamativo es que el Partido Republicano cae en las mismas prácticas que constantemente critica. Así como acusan al Partido Comunista chileno de defender la dictadura de Venezuela, ahora son ellos quienes justifican y avalan las declaraciones de un ministro extranjero que ataca a nuestro país. Este doble estándar evidencia que, en el fondo, no se trata de principios sólidos, sino de un populismo que destruye cualquier vestigio de coherencia política.
¿Qué ocurriría si Kast llegara a ser presidente y enfrentara críticas similares de países como Venezuela? ¿Tendría la misma indulgencia hacia quienes defendieran esos dichos? Este episodio pone en evidencia la necesidad de una política exterior seria y comprometida, que no dependa de intereses partidistas ni de conveniencias momentáneas.
No se trata de defender al gobierno actual, sino de entender que, como país, debemos ser capaces de condenar cualquier ataque externo a nuestras instituciones, venga de donde venga. El populismo, ya sea de izquierda o de derecha, solo nos lleva a la división y al descrédito nacional.