La desigualdad económica en Chile tiene rostro de mujer: Transparencia revela la doble barrera para microemprendedoras y líderes empresariales
Un minucioso análisis de datos públicos, obtenidos por evolutivamedios a través de la Ley de Transparencia (solicitud N°AH004T0006960), expone una cruda realidad: la brecha de género en la economía chilena no solo persiste, sino que se agudiza en todos los niveles, desde el microemprendimiento hasta la alta dirección corporativa. Los hallazgos revelan que las mujeres enfrentan una doble barrera: precariedad al emprender y una ausencia casi total en los espacios de poder.
La VII Encuesta de Microemprendimiento (EME-VII) del INE y el Ministerio de Economía es contundente. Mientras que el 41,7% de los hombres emprende por «oportunidad», el 58,4% de las mujeres lo hace por «necesidad». Esta motivación se dispara al 78,5% para aquellas que iniciaron sus negocios durante la pandemia, evidenciando que el emprendimiento femenino, en muchos casos, es una estrategia de supervivencia.
Esta situación se traduce en una profunda precariedad económica. En 2022, el 70,4% de las microemprendedoras ganaba menos de un salario mínimo, una cifra alarmante que supera en 29,9 puntos porcentuales a la de los hombres. La informalidad también tiene un sesgo de género, afectando al 63,2% de las mujeres, frente al 54,9% de sus pares masculinos.
La Séptima Encuesta Longitudinal de Empresas (ELE-7) complementa este panorama, mostrando que las dificultades se replican y magnifican en el sector formal. Las pequeñas y medianas empresas, a menudo lideradas por mujeres, enfrentan obstáculos cinco veces mayores para conseguir financiamiento que las grandes corporaciones.
El techo de cristal, por su parte, se presenta casi irrompible. Los datos confirman que más de la mitad de los directorios de grandes empresas están compuestos exclusivamente por hombres. La presencia de directorios formados únicamente por mujeres es marginal, representando menos del 1%. La brecha se extiende a la máxima autoridad: tres de cada cuatro empresas chilenas están dirigidas por un hombre.
En conjunto, estos informes trazan un mapa de la desigualdad que las mujeres navegan a diario, desde la falta de opciones que las empuja al emprendimiento hasta la sistemática exclusión de las esferas de poder donde se toman las decisiones económicas.