VUELVE LA SEÑORA K: LA SELECCIÓN CHILENA TIENE MÁS RECAMBIO QUE EVÓPOLI EN VALPARAÍSO
Valparaíso sigue siendo un escenario de vaivenes políticos, y en Evópoli, los cambios de liderazgo parecen menos dinámicos que los de la selección chilena de fútbol. En un giro que pocos consideran sorpresivo, la señora K vuelve a asumir la presidencia regional del partido, tras unas elecciones internas donde la denominada «Queen Gloria» no logró la reelección.
El regreso de la señora K no viene solo. En la nueva directiva aparece el «rucio moreno», quien retoma su aventura política desde una vicepresidencia nacional Junto a él, una vieja aliada también vuelve a la escena regional: la señora K, reconocida por su habilidad para conseguir buenas posiciones laborales en distintos municipios y el Congreso Nacional, aunque hasta ahora sigue siendo un misterio cómo logra tantos beneficios.
Uno de los grandes desafíos de esta nueva administración es el desgaste del partido, que ha visto mermado su peso político. Un caso emblemático es el de la ex core de Isla de Pascua, Elizabeth Arévalo Pakarati, más conocida como «La Chiu». Con un desempeño destacado en la comisión de pueblos originarios, renunció a su cargo para postularse a la alcaldía de Rapa Nui. Sin embargo, la falta de apoyo interno y la negativa de Chile Vamos a realizar primarias la llevaron a competir como independiente, ganando la alcaldía, pero dejando a Evópoli sin representación.
El retroceso del partido en la región también se evidenció en el gobierno de Sebastián Piñera 2, donde Evópoli tuvo más de seis seremis, de los cuales cuatro terminaron renunciando a la militancia. Mientras tanto, la señora K guardó silencio sobre la fuga de figuras clave. Uno de los pocos leales que quedan es el «huaso de Olmué», quien, tras perder como concejal en la última elección municipal, sigue firme en el equipo de la presidenta regional.
Por otro lado, la supuesta «buena votación» en las municipales oculta un detalle clave: el partido tiene más concejales independientes que militantes, lo que pone en duda la solidez de su estructura. Así, mientras la selección chilena se enfrenta al eterno problema del recambio generacional, en Evópoli Valparaíso la historia se repite con los mismos rostros de siempre.