La efervescencia por el poder regional ha desatado una verdadera «guerra de pasillos». Mientras el café fluye en las mesas del centro y los teléfonos no dejan de sonar, una realidad comienza a asentarse en el círculo de hierro del presidente electo: la mayoría de los que hoy se prueban el traje para el cargo, se quedarán con la mesa servida.
«Los que Sobran» y la ilusión del poder
En el centro de esta danza de nombres aparece el ruidoso piño de «Los que Sobran». Este grupo, que ha intentado posicionarse como pieza clave del engranaje oficialista, parece estar viviendo una realidad paralela. Según fuentes de la coalición, este «piño» se quedará —literalmente— con los crespos hechos.
La estrategia de instalar nombres a través de la prensa o redes sociales no ha caído bien en el entorno de José Antonio. Lo que ellos ven como «presión legítima», en Santiago se lee como una desesperación que solo sirve para quemar candidatos antes de que lleguen a la meta.
El factor «Oportunismo de Segunda Vuelta»
Llama la atención el fenómeno del «entusiasmo tardío». Durante la primera vuelta, varios de los integrantes de este grupo y otros aspirantes estaban, como se dice en buen chileno, «fondeados».
Fue solo cuando la candidatura de Chile Vamos tomó fuerza con el impulso de Kast que les volvió el alma al cuerpo —y de paso el estado físico— para desfilar por la vitrina santiaguina. Hoy corren de café en café haciendo lobby, olvidando que la lealtad se prueba en las urnas y no en las mesas de negociación de última hora.
Las claves de la designación: ¿Gobernabilidad o premios?
Quienes conocen de cerca al futuro mandatario aseguran que la prioridad no es pagar favores a los «ansiosos».
Nuevos Rostros: Se busca gobernabilidad más allá de los partidos o independientes autodesignados.
* Institucionalidad: Aunque hay personajes que ya se atribuyen la facultad de «hacer listas», los únicos autorizados son los partidos políticos a nivel regional y nacional.
El Botín: Están en juego cerca de 300 cargos de confianza (Seremis, Delegaciones y empresas del Estado). Una cifra que despierta más apetitos que lealtades.
«En estas repartijas no hay amigos, solo intereses: o eres útil para el proyecto o sirves al parlamentario de turno. El piño de ‘Los que Sobran’ parece no haber entendido que, en política, el que se apura suele quedar fuera de la foto», confidencia un operador político local.
Paciencia, muchachos
El consejo para los que ya están eligiendo el color de la corbata es uno solo: armarse de paciencia. La carrera es larga y el filtro promete ser implacable. No sea cosa que, por tanto «ofertarse» en el mercado del lobby, terminen viendo cómo otros —los que guardaron silencio y trabajaron en la sombra— se quedan con los cupos, dejándolos a ellos con el traje comprado y la invitación perdida.
P.D.: Señora K, hoy día te dejamos descansar.













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