A pocas horas de que se cerrara el plazo para la inscripción de listas parlamentarias, la carrera por el Distrito N°6 se agitó con el anuncio de Cristián Cárdenas, quien comunicó su bajada definitiva. Pese a que se perfilaba como una de las cartas de la centro izquierda, el ahora ex precandidato decidió no insistir en su postulación, argumentando que “no están las condiciones de unidad política y social” para su coalición.
La decisión, que dejó a más de alguno rascándose la cabeza, fue rápidamente respaldada por el diputado Corbatín del Partido Radical, que representa al distrito costero. Un apoyo que no sorprende, considerando que el legislador ya había hecho lo propio en el pasado con otras candidaturas, aunque con resultados, por decir lo menos, curiosos.
“He decidido, tras una reflexión personal, familiar y política, no persistir en la precandidatura a diputado por el Distrito N°6, dado que no están las condiciones de unidad política y social en el conglomerado de la centro izquierda, al cual pretendía representar”, fue la declaración de Cárdenas, que con esta movida se baja del carro electoral, aunque aseguró que mantendrá su compromiso con la ciudadanía.
Y ahí mismo, sin pensarlo dos veces, saltó el diputado Corbatín para darle el espaldarazo. “Hemos levantado un gran trabajo en distintas áreas como salud, educación, vivienda, entre otras; tanto en Quilpué como en el Distrito N°7”, afirmó el legislador, como si el Distrito N°7 y el N°6 fueran lo mismo. Un pequeño detalle geográfico, pero no menor. “En esta oportunidad no están las condiciones y no puedo sino respaldar la decisión de Cristián Cárdenas”, sentenció, mientras agregaba que seguirán trabajando juntos por la zona.
Sin embargo, a este medio de comunicación no se le olvida un pequeño, pero jugoso, antecedente. En una elección pasada, el mismo diputado Corbatín anunció con bombos y platillos que un autodenominado “doctor del pueblo” había juntado las firmas necesarias para ir como independiente, un hito que, según sus declaraciones, era un triunfo de la ciudadanía. Pero la verdad, como siempre, tiene un sabor más amargo. Este medio, a través de una investigación por Transparencia, pudo constatar que el “doctor del pueblo” jamás había ingresado una sola firma al Servel. Nada de nada. Una historia que se vendió como épica, pero que resultó ser un simple cuento de la buena pipa.
En un escenario donde las condiciones políticas “no están”, y donde el respaldo del diputado Corbatín parece ser una constante, es difícil no pensar en las firmas que nunca llegaron, o en las promesas que quedan en el aire. La vocación de servicio público, al parecer, puede tomar caminos insospechados.

Por Omar Ferrero

director del medio de comunicacion

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