Análisis Nacional por EvolutivaMedios: Un Mes de Incertidumbre y Preocupación por la Concejala Desaparecida
Se cumple un mes desde la enigmática desaparición de la concejala María Ignacia González de Villa Alegre, en la Región del Maule, un caso que ha conmocionado a la Quinta Región y al país, y que, lamentablemente, aún no registra avances sustanciales en la investigación. Sus hijas, Javiera y Camila, no dudan en calificarla como una desaparición forzada con profundas implicaciones políticas. La incertidumbre y la angustia crecen en la familia, quienes, a pesar del dolor, mantienen la fe en encontrar a su madre y obtener respuestas sobre lo sucedido.
En una emotiva entrevista, Javiera Gallego, hija de la concejala, expresó su gratitud por el espacio brindado para visibilizar la situación, calificándola de «urgente y no posponible». Subrayó la gravedad del caso, no solo por tratarse de una desaparición, sino por afectar a una autoridad electa, lo que, a su juicio, tiene repercusión a nivel de «seguridad de Estado».
Un Camino Lleno de Incertidumbre y Sospechas
Desde el primer momento, la familia ha navegado por un torbellino de emociones. Javiera relató que, con el paso de las semanas, han podido decantar la situación y desarrollar una nueva perspectiva sobre las posibles causas y su confianza en las instituciones. «Ha sido un camino largo en el que hemos podido darnos cuenta de que esto, además de ser un tema gravísimo por tratarse de una desaparición forzada, también es algo que le ocurrió a una autoridad», afirmó.
La hija de la concejala recalcó que este hecho marca un precedente preocupante en la democracia chilena, enviando un «mensaje súper violento para toda la otra autoridad de este país». Manifestó su preocupación por la falta de una mayor indignación por parte de otras autoridades a nivel nacional, instándolos a tomar el caso como algo personal, ya que le ocurrió a una colega.
El Rol Fiscalizador: La Clave de la Desaparición para la Familia
La teoría más contundente que maneja la familia apunta a que la desaparición de María Ignacia González está directamente relacionada con su riguroso rol fiscalizador como concejala. «No nos cabe duda de que esta desaparición forzada fue más que nada para silenciarla, para poder eliminarla», sentenció Javiera.
María Ignacia, conocida por su trabajo «minucioso y limpio», nunca se «ensució las manos con nada» y se opuso firmemente al uso indebido de recursos municipales. Este compromiso inquebrantable, que mantuvo a lo largo de casi cinco periodos como concejala, le generó «muchos enemigos» y «muchas discusiones» con personas del municipio y empresas privadas.
Javiera cree firmemente que su madre «algo sabía que podía ser muy importante o que podía perjudicar a alguien, y simplemente la silenciaron». Recordó que la concejala había presentado varias denuncias contra la administración de Loria, algunas de las cuales aún no se han cerrado.
La familia hace un llamado a reflexionar sobre la coincidencia de varias mujeres de la tercera edad desaparecidas en Chile (Julia, María Elcira y María Ignacia), sugiriendo que «hay algo más que quizás no estamos viendo o no se está diciendo». En el caso de su madre, Javiera asegura que fue silenciada por información que «no le convenía a ciertas personas».
Contacto con Autoridades y un Rayo de Esperanza: Cambio de Fiscal
A pesar de la lentitud inicial, la familia ha logrado reunirse con diversas autoridades a nivel regional y nacional. Javiera informó que las primeras personas en acercarse fueron el delegado presidencial regional, Humberto Aquebeque, la Seremi de la Mujer, Claudia, y Ana Cecilia de SERNAMEG, quienes han brindado un constante apoyo.
Asimismo, en su visita a Santiago, las hermanas se reunieron con la Ministra de la Mujer y Equidad de Género, el Subsecretario del Interior y el Ministro del Interior. También conversaron con el Presidente de la Asociación Chilena de Municipalidades. Estas gestiones, aunque impulsadas por la propia inquietud de la familia, han dado un fruto significativo: la aceptación de su solicitud de cambio de fiscal.
«Ya comenzamos a trabajar desde mañana con el nuevo fiscal a cargo», anunció Javiera con un tono de esperanza. Este cambio es visto como un factor crucial para reactivar la investigación, ya que la familia sentía «desconfianza en el sistema al no ver avances» y darse cuenta de que «nos mintieron» en ciertas ocasiones. Con el nuevo fiscal, tienen «toda la fe y la esperanza puesta ahora en que van a poder avanzar diligencias, de que vamos a poder tener nuevas respuestas».
El Llamado a la Comunidad: No Dejar que la Violencia se Instale
Javiera Gallego hizo un emotivo llamado a la comunidad a no ver la desaparición de su madre como un caso más, sino a dimensionar la gravedad de que esto le suceda a una autoridad en democracia. «Marca un precedente muy lamentable», enfatizó, esperando que sea una «llamado de atención para ponernos en alerta, para que se haga lo que sea necesario para que esto no siga avanzando, para que este tipo de violencia no se instale».
La familia pide a la ciudadanía seguir difundiendo la desaparición de María Ignacia, hacer comunidad y reflexionar sobre las desapariciones forzadas. «Necesitamos de todo el apoyo para llegar a la verdad de todo este caso», concluyó Javiera, consciente de que, incluso después de encontrar a su madre, el camino para esclarecer los hechos será largo.
El caso de la concejala María Ignacia González sigue abierto, con la esperanza de que el cambio de fiscal y la visibilización pública impulsen la investigación y permitan a sus hijas encontrar las respuestas que tanto anhelan.
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