LA FUERZA SIN POLÍTICA SOLO PERPETÚA LA GUERRA
Por Claudia Barahona Chang, publicista y miembro de la Comisión Política del Partido Socialista de Chile
El Protocolo I adicional a los Convenios de Ginebra establece con claridad que las instalaciones nucleares no deben ser objeto de ataques si ello implica un riesgo grave para la población civil. Este principio básico del derecho internacional humanitario no es una sugerencia: es una obligación moral y jurídica.
Sin embargo, el reciente ataque coordinado de Estados Unidos e Israel contra instalaciones nucleares en Irán ha vulnerado flagrantemente este acuerdo, abriendo un nuevo capítulo de horror en Medio Oriente. Más de 200 muertos, infraestructura clave destruida y un mundo que observa, otra vez, que nos encontramos al borde de una guerra global.
Mientras tanto, Gaza sigue siendo escenario de un genocidio silencioso, con más de 37.000 víctimas palestinas, en su mayoría mujeres, niñas y niños. El sufrimiento se acumula y la impunidad se normaliza. ¿Cuántas muertes más necesita el sistema internacional para reaccionar?
Hace unos días leí un artículo en Haaretz, escrito por el exgeneral israelí Yair Golan, hoy presidente del partido Demócratas. Su diagnóstico fue claro:
“El ataque a Irán es una victoria militar, no política. Y ahí radica el problema”.
Comparto esa reflexión. Israel no derrocará al régimen iraní. Por el contrario, una ofensiva sin un horizonte político, solo reforzará el nacionalismo iraní, como ocurrió en la guerra Irán-Irak. La fuerza sin visión, la violencia sin política, es una receta segura para un desastre mayor.
Como chilena, mujer, madre, militante socialista y sobreviviente de una dictadura que también conoció la intervención extranjera y la violación sistemática de derechos humanos, siento el deber moral y político de alzar la voz.
Me indigna que el derecho internacional sea ignorado por quienes dicen defender la democracia. Me preocupa que la prolongación de los conflictos no se explique por falta de poder militar, sino por la conveniencia de quienes gobiernan sin horizonte estratégico. Como dijo el propio Golan:
“No es la capacidad militar lo que frena la liberación de rehenes o la caída de Hamás, sino los cálculos de una coalición sin rumbo”.
Hoy, más que nunca, debemos usar nuestras plataformas, nuestras redes y nuestras palabras para defender el derecho de los pueblos a vivir en paz, libres de ocupación, de bombardeos y de poderes fácticos que actúan con total impunidad.
Por eso, invito con firmeza a todas y todos quienes comparten esta convicción a exigir:
🔺 El cese inmediato de los ataques contra Irán y de las respuestas militares regionales.
🔺 El fin del genocidio en Gaza.
🔺 El inicio urgente de una solución política, multilateral, seria y duradera.
La historia nos ha enseñado que toda victoria sin acuerdo, toda operación sin estrategia, está condenada a repetirse en una nueva guerra. Por ello es que la comunidad internacional no debe conformarse con discursos triunfalistas ni con misiles disfrazados de soluciones de Paz.
Solo la política —con dignidad, justicia y visión— puede garantizar seguridad y futuro para los pueblos. Ese, y no otro, es el único camino, para lograr una vivir civilizadamente y en relativa Paz en este mundo globalizado.