¡ALARMA EN QUINTERO! NUEVO INGREDIENTE CONTAMINANTE AMENAZA LA BAHÍA: EL CLORO
Una nueva sombra se cierne sobre la ya vulnerable bahía de Quintero. Si bien la polémica inicial por la instalación de la planta desalinizadora Aguas Pacífico, de capitales extranjeros se centró en el impacto del exceso de sal en el ecosistema marino, ahora surge una amenaza aún más preocupante: la contaminación por cloro.
Recordemos que el proyecto original generó intensas críticas por parte de pescadores y ambientalistas, quienes alertaban sobre los efectos de la alta salinidad en las zonas de descarga del agua desalinizada. Tras una larga batalla legal y un millonario acuerdo con los pescadores que incluía una planta procesadora aún sin concretar, la empresa logró seguir adelante. Tal fue el éxito del negocio que, incluso antes de finalizar la primera etapa, ya contaba con contratos para la totalidad del agua producida.
Ahora, los inversionistas redoblan su apuesta y han ingresado al sistema de evaluación ambiental un segundo proyecto para aumentar la capacidad en otros mil metros cúbicos por segundo. Sin embargo, esta expansión ha desatado nuevas y más graves alarmas. Voces expertas advierten que la descarga de cloro, un componente esencial en el proceso de desalinización para evitar la obstrucción de tuberías por microorganismos, tendrá consecuencias devastadoras para la fauna y la vida marina de la bahía. Diversos estudios y la literatura científica respaldan esta preocupación.
La inyección de cloro en las tuberías, si bien necesaria para la operación de la planta, plantea un riesgo directo y significativo para la salud del ecosistema marino de Quintero. La exposición al cloro puede ser letal para peces y otras especies, alterando irreversiblemente la delicada cadena trófica.
Pero las exigencias no terminan ahí. Otro punto crucial que se llevará al debate ante el ministerio de vivienda y el Consejo Regional (CORE) es la modificación de la tipificación del uso de suelo que actualmente en el instrumento de ordenamiento territorial vigente es de uso peligroso y en el cambio ordenado por la corte Suprema en toda la bahía se mantiene para esta empresa como peligrosa , porque así se clasifica ese tipo de desarrollo y actividad , no obstante para evitar que esta empresa siga expandíendose y continúe con sus descargas en la misma bahía , hay sugerencias de expertos que se pida Reclasificar el uso de suelo a actividad para industria molesta y no peligrosa y con ello permitiría la continuidad de las operaciones actuales, pero impediría futuras expansiones, buscando así frenar el creciente e impacto en la bahía.
La conclusión es clara: ante esta segunda etapa del proyecto, la exigencia en las medidas de mitigación debe ser radicalmente mayor. Además, se plantea que las compensaciones deben dirigirse directamente a la comunidad de Quintero y puchuncavi , la principal zona afectada, y no a grupos de presión específicos.
La bahía de Quintero, tristemente célebre por sus históricos episodios de contaminación, se enfrenta a un nuevo desafío. La comunidad y las autoridades tienen la responsabilidad de actuar con firmeza para proteger este valioso ecosistema de una amenaza invisible pero potencialmente letal: el cloro. El debate está abierto y las decisiones que se tomen en el futuro cercano serán cruciales para el destino de la bahía.