EVÓPOLI: DEL CUENTO DE HADAS A LA POLÍTICA DE TERROR
Hubo un tiempo en que EVÓPOLI soñaba con ser el príncipe valiente que despertaría a la política chilena de su letargo. Todo comenzó el mítico 12/12/12, cuando un grupo de amigos se reunió en la casa de Felipe Kast, creyendo que ese sería el inicio de una revolución ética y renovadora. Hoy, ese sueño parece más un recuerdo lejano y borroso, transformado en una lucha interna digna de un thriller político.
El fin de semana pasado, lo que empezó como un proceso electoral interno terminó en una especie de guerra civil partidista. Por un lado, está la «Queen Hutt», celebrando los buenos resultados que sumaron alcaldes, concejales, cores e incluso un gobernador. Por el otro, los nostálgicos «Lulus», los «rucios» y los «asesinos del Pelluco», que no quieren dejar su lugar en la palestra y buscan cualquier excusa para volver a las portadas. ¿Quién necesita una agenda política cuando el drama interno es suficiente?
La disputa llegó a un nuevo clímax con la suspensión de las elecciones internas del partido, tras múltiples problemas que obligaron a extender el proceso 24 horas más de lo planeado. La «Queen» no dudó en apuntar con su cetro: «No es primera vez que, particularmente el senador Luciano Cruz-Coke, ha intentado tomar el control del partido por secretaría y no por voto popular.» Mientras tanto, la oposición interna clama por salvar al partido de sus «malas prácticas», aunque parezca que están usando el mismo manual que juraron destruir.
Y en medio de este caos, algo queda claro: el grupo que quería oxigenar la política y dejar atrás los vicios del pasado hoy está completamente intoxicado por ellos. Eso sí, esta vez le damos un respiro a la señora K, que, aunque íntimamente relacionada con los «Lulus» y el «rucio», hoy puede quedarse tranquila: por una vez, *ella no es la noticia*.
¿Es este el fin del cuento de hadas de EVÓPOLI? Lo único seguro es que el «club de amigos» ha pasado de las promesas de felicidad eterna a un relato de terror en el que, como en toda buena película, los fantasmas del pasado siempre vuelven.