¿OXIGENAR LA POLÍTICA? AHORA CON BALÓN DE OXÍGENO: EVÓPOLI NOMBRA A LA SEÑORA K COMO PRESIDENTA REGIONAL
Lo que alguna vez Felipe Kast soñó como una cruzada para oxigenar la política parece haberse convertido en un chiste de larga data, contado entre los últimos conchos de vino de una velada trasnochada. Evópoli, aquel partido fundado por un grupo de amigos de apellidos impronunciables que filosofaban sobre el país ideal después de un partido de rugby en el club de campo, ha decidido recurrir a «la vieja confiable»: la señora K.
Lejos quedó aquel 12/12/12, cuando Kast proclamaba que los «niños primero» y prometía una política distinta. Hoy, ese discurso huele a añejo, como un vino olvidado en el fondo de la bodega. Con sus filas cada vez más reducidas, el partido recurre ahora a figuras «de siempre» para mantenerse en pie. Entre esos nombres destaca la flamante señora K, quien, con su hábil manejo de la taza de café (principalmente en el Club Alemán), asume la presidencia regional de Evópoli, prometiendo lo que todos ya sabemos: más de lo mismo.
El panorama regional se complementa con otros personajes icónicos del grupo de élite «los mismos de siempre», que participaron en la campaña de la señora PH. Entre ellos figuran el «comegato», el «obrero» y la propia señora PH, quien también aseguró un lugar como vicepresidenta en la directiva nacional de la UDI. Todo un desfile de las mismas caras en un intento por maquillar la evidente falta de liderazgos frescos en la alicaída centroderecha de la región.
En este contexto, la designación de la señora K no sorprende. Mientras las reuniones estratégicas transcurren en diversas cafeterías de Valparaíso, Viña del Mar e incluso Puchuncaví, queda claro que las prioridades del partido están lejos de ser las políticas públicas.
Queda pendiente hablar de la trilogía de los Panchos y del entrañable don Huaso, pero esa es una historia para otra larga noche de vino y discursos trasnochados. Por ahora, el oxígeno de la política sigue dependiendo del balón de emergencia que parece ser la señora K.